Cuando las plumas pesan.
"Entre las aves, el águila es la que vive mas tiempo, cerca de 70 años. Pero para alcanzar esta edad, ella debe tomar una difícil decisión; nacer de nuevo. A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y puntiagudo, se encorva. Las alas envejecidas y pesadas, se le doblan sobre el pecho, impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.Le quedan al águila dos alternativas:Morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. Esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Alli golpea el pico viejo contra la peña hasta quebrarlo. Y espera hasta que le crezca el nuevo y pueda con el arrancarse las uñas. Cuando despuntan las uñas nuevas, el águila extirpa las plumas viejas y despues de cinco meses, crecidas las plumas nuevas, arranca a volar de nuevo, decidida a vivir otros 30 años.A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir depende muchas veces de imitar el ejemplo del águila. El que se entrega, abatido, al peso del sufrimiento y de las dificultades, tiende a abreviar sus dias."
Estoy en el proceso de cambiar mis plumas... duele y mucho, pero sé que rejuveneceré y me remontaré de nuevo en el vuelo.
jueves, 9 de septiembre de 2010
miércoles, 12 de mayo de 2010
Atrapasueños
Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.
Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.
Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.
Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.
El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.
También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.
Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.
Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.
El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.
Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.
Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.
Se cree que el atrapasueños sostiene el destino del futuro personal de cada individuo
Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.
Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.
Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.
El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.
También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.
Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.
Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.
El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.
Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.
Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.
Se cree que el atrapasueños sostiene el destino del futuro personal de cada individuo
domingo, 2 de mayo de 2010
Totemismo ¿Vale la Pena?
Quienes atacan al totemismo scout lo hacen creyendo que carece de valor pedagógico y por considerarlo un sectarismo dentro de la organización scout. En primer lugar, para entender al totemismo debemos indagar acerca del valor de los símbolos, ya que las ceremonias totémicas poseen un alto contenido simbólico. Pero...¿por qué usar símbolos abstractos si podemos hablar? En realidad, las palabras generalmente no alcanzan para expresar nuestros sentimientos e ideas sino que nos limitan. Podríamos llenar páginas y páginas tratando de explicar qué es el amor, pero hasta que no percibamos con el corazón a que nos referimos con estas palabras, seguiremos teniendo una idea aproximada pero no exacta de esa acepción. La ciencia empírica confinó el simbolismo exclusivamente a la Religión y el espiritualismo, mientras que la sociedad post-moderna lo identificó con el arte de vender, con la publicidad.
La sociedad materialista cree que los símbolos son meros pasatiempos para que se entretengan los idealistas, los místicos, los esoteristas y los poetas, pero que carecen de valor práctico. En realidad, nuestro subconsciente se maneja con símbolos y éstos encierran un significado interior que nos pueden llevar a descubrir realidades de orden superior. Con todo esto queremos decir que el primer postulado apologético de la tradición totémica es: LOS SÍMBOLOS SON EL LENGUAJE DEL ALMA Y PUEDEN TRANSMITIR SENTIMIENTOS INEXPRESABLES CON PALABRAS.
Hemos afirmado anteriormente que nuestro subconsciente (o inconsciente) es quien interpreta los mensajes de los símbolos. Pues bien, podemos ir más allá aún, ya que muchos autores hablan de un "inconsciente colectivo", es decir un inconsciente de tipo cultural que incluye las creencias, tradiciones y fantasías de los hombres de ayer y hoy. El término fue acuñado por vez primera por el psicólogo Carl Gustav Jung, el más brillante sucesor de Sigmund Freud, quien habló además de los arquetipos, que son formas de conocimiento de tipo intuitivo que se transmiten a través de los cuentos de hadas, la mitología y el simbolismo en general.
Cuando realizamos una ceremonia tradicional nos estamos "sintonizando" de alguna manera con ese inconsciente colectivo, y entonces podemos entrar en contacto con el espíritu de nuestros antecesores. Mientras Jung se refiere al inconsciente colectivo, el biólogo Rupert Sheldrake se ha acercado a la misma idea desde otra óptica, aunque con el mismo espíritu. La teoría de Sheldrake se interesa también por los rituales y las ceremonias, alegando lo siguiente: "Un rasgo general de los rituales consiste en que son intensamente conservadores. Se supone que para que tengan efecto deben realizarse del modo correcto y acostumbrado. En muchas partes del mundo, el lenguaje mismo del ritual es arcaico y preserva la forma tradicional de las palabras, que se considera necesaria para su eficiacia" . "A través de la participación ritual, el pasado se vuelve presente. Los participantes actuales se vinculan a todos los que pasaron antes: con los antepasados, y, en última instancia, con el momento creador primordial que conmemora el ritual". "¿Por qué son tan conservadores los rituales? ¿Y por qué todos los pueblos del mundo creen que a través de las actividades rituales participan en un proceso que los sustrae al tiempo secular ordinario y de algún modo introduce el pasado en el presente? La idea de la resonancia mórfica proporciona una respuesta natural a estas interrogantes. Mediante la resonancia mórfica, el ritual REALMENTE introduce el pasado en el presente.
Los ejecutores presentes del ritual se conectan realmente con los ejecutores del pasado. Cuanto mayor sea la semajanza entre el modo como se ejecuta el ritual hoy y el modo como era ejecutado antes, mayor será la conexión resonante entre los participantes del presente y del pasado". (Extraido de: Sheldrake, Rupert: "El renacimiento de la Naturaleza", Ed. Paidós, 1994). Con lo dicho, podemos agregar otro postulado apologético al Totemismo Scout: LAS EXPERIENCIAS DEL PASADO SOBREVIVEN EN OTROS PLANOS Y ES POSIBLE "SINTONIZARSE" CON ELLAS. Pero...más allá de que realmente sea posible conectarnos con el pasado...¿es útil para los muchachos el totemismo? Sí, ya que introduce un elemento importantísimo a nuestra tarea de educador: LA MAGIA. ¿Qué sería del escultismo sin la magia, sin la fantasía, sin esa conexión mística con otras realidades? Una verdadera tribu posee elementos mágicos, atractivos. No es una reunión de dinosaurios conservadores. Es una invitación a vivir la Hermandad. En sus reuniones el amor siempre está presente. No es una secta scout, como muchos teóricos han sugerido, sino un grupo fraternal.
En el ámbito silencioso de las reuniones de tribu, se aprenden mediante símbolos algunas de las virtudes más importantes: el amor, la fraternidad, la discreción, la reflexión serena, etc. No he conocido un ámbito más propicio para fraternizar profundamente que una tribu funcionando correctamente. Entonces, ¿tiene la tribu un carácter sectario? No, pues la tribu es una meta a alcanzar para los muchachos. No está reservada para los "iluminados" del grupo, sino para todos aquellos que se han esforzado. Las tradiciones totémicas poseen la fascinación de lo desconocido, pero todos saben que tras ellas se esconde algo bueno y deseable. Esperan con ansiedad el día en que un integrante de la tribu lo despierte en una noche de campamento y le susurre al oído: "Hermano, la tribu te convoca. ¿Estás dispuesto a acompañarme?"
La sociedad materialista cree que los símbolos son meros pasatiempos para que se entretengan los idealistas, los místicos, los esoteristas y los poetas, pero que carecen de valor práctico. En realidad, nuestro subconsciente se maneja con símbolos y éstos encierran un significado interior que nos pueden llevar a descubrir realidades de orden superior. Con todo esto queremos decir que el primer postulado apologético de la tradición totémica es: LOS SÍMBOLOS SON EL LENGUAJE DEL ALMA Y PUEDEN TRANSMITIR SENTIMIENTOS INEXPRESABLES CON PALABRAS.
Hemos afirmado anteriormente que nuestro subconsciente (o inconsciente) es quien interpreta los mensajes de los símbolos. Pues bien, podemos ir más allá aún, ya que muchos autores hablan de un "inconsciente colectivo", es decir un inconsciente de tipo cultural que incluye las creencias, tradiciones y fantasías de los hombres de ayer y hoy. El término fue acuñado por vez primera por el psicólogo Carl Gustav Jung, el más brillante sucesor de Sigmund Freud, quien habló además de los arquetipos, que son formas de conocimiento de tipo intuitivo que se transmiten a través de los cuentos de hadas, la mitología y el simbolismo en general.
Cuando realizamos una ceremonia tradicional nos estamos "sintonizando" de alguna manera con ese inconsciente colectivo, y entonces podemos entrar en contacto con el espíritu de nuestros antecesores. Mientras Jung se refiere al inconsciente colectivo, el biólogo Rupert Sheldrake se ha acercado a la misma idea desde otra óptica, aunque con el mismo espíritu. La teoría de Sheldrake se interesa también por los rituales y las ceremonias, alegando lo siguiente: "Un rasgo general de los rituales consiste en que son intensamente conservadores. Se supone que para que tengan efecto deben realizarse del modo correcto y acostumbrado. En muchas partes del mundo, el lenguaje mismo del ritual es arcaico y preserva la forma tradicional de las palabras, que se considera necesaria para su eficiacia" . "A través de la participación ritual, el pasado se vuelve presente. Los participantes actuales se vinculan a todos los que pasaron antes: con los antepasados, y, en última instancia, con el momento creador primordial que conmemora el ritual". "¿Por qué son tan conservadores los rituales? ¿Y por qué todos los pueblos del mundo creen que a través de las actividades rituales participan en un proceso que los sustrae al tiempo secular ordinario y de algún modo introduce el pasado en el presente? La idea de la resonancia mórfica proporciona una respuesta natural a estas interrogantes. Mediante la resonancia mórfica, el ritual REALMENTE introduce el pasado en el presente.
Los ejecutores presentes del ritual se conectan realmente con los ejecutores del pasado. Cuanto mayor sea la semajanza entre el modo como se ejecuta el ritual hoy y el modo como era ejecutado antes, mayor será la conexión resonante entre los participantes del presente y del pasado". (Extraido de: Sheldrake, Rupert: "El renacimiento de la Naturaleza", Ed. Paidós, 1994). Con lo dicho, podemos agregar otro postulado apologético al Totemismo Scout: LAS EXPERIENCIAS DEL PASADO SOBREVIVEN EN OTROS PLANOS Y ES POSIBLE "SINTONIZARSE" CON ELLAS. Pero...más allá de que realmente sea posible conectarnos con el pasado...¿es útil para los muchachos el totemismo? Sí, ya que introduce un elemento importantísimo a nuestra tarea de educador: LA MAGIA. ¿Qué sería del escultismo sin la magia, sin la fantasía, sin esa conexión mística con otras realidades? Una verdadera tribu posee elementos mágicos, atractivos. No es una reunión de dinosaurios conservadores. Es una invitación a vivir la Hermandad. En sus reuniones el amor siempre está presente. No es una secta scout, como muchos teóricos han sugerido, sino un grupo fraternal.
En el ámbito silencioso de las reuniones de tribu, se aprenden mediante símbolos algunas de las virtudes más importantes: el amor, la fraternidad, la discreción, la reflexión serena, etc. No he conocido un ámbito más propicio para fraternizar profundamente que una tribu funcionando correctamente. Entonces, ¿tiene la tribu un carácter sectario? No, pues la tribu es una meta a alcanzar para los muchachos. No está reservada para los "iluminados" del grupo, sino para todos aquellos que se han esforzado. Las tradiciones totémicas poseen la fascinación de lo desconocido, pero todos saben que tras ellas se esconde algo bueno y deseable. Esperan con ansiedad el día en que un integrante de la tribu lo despierte en una noche de campamento y le susurre al oído: "Hermano, la tribu te convoca. ¿Estás dispuesto a acompañarme?"
LA HISTORIA DEL PRIMER TOTEM SCOUT
En Junio de 1896 el General Frederic Carrington ordenó al Teniente Coronel Robert Baden-Powell que iniciara un plan para derrotar a los violentos indígenas matabeles que causaban a toda la zona cercana a Bulawayo, donde se situaba el cuartel general militar.
Baden-Powell había sido designado como Jefe de Estado Mayor y encontró muchos obstáculos para iniciar la guerra contra los matabeles. El mayor obstáculo era que el escenario de las batallas eran los inaccesibles kopjes (montes cerrados) de las montañas Matopo, que estaba plagado de impis (fuerzas de combate) matabeles. Según las declaraciones era un "horrible país, tenebroso, un revoltijo de matorrales, pedregales y montes cerrados". Con la ayuda de Frederick Burnham, logró hacer unos bosquejos del territorio enemigo, señalando los escondites de los matabeles. Sin embargo, Burnham tuvo que partir a otra misión y BP quedó solo en las montañas Matopo.Siguió con sus reconocimientos y como dice William Hillcourt: "En algunos de sus más audaces reconocimientos era inevitable que fuera detectado por los matabeles. Pero de algún modo se las había siempre arreglado para evadir a sus más feroces perseguidores, una de las veces apelando a la agilidad de esas danzas de grandes saltos que había practicado en Malta, cinco años antes.
El enemigo nunca sabía por donde aparecería BP o desde cual dirección. Parecía estar cerca de noche y de día, como si fuera alguna criatura extraordinaria que pudiera cazar siempre sin descanso". De esta forma comenzaron a llamarlo "Impeesa" que significa "Lobo que jamás duerme". Tras sus exitosos revelamientos, la campaña militar comenzó. Se utilizaron los planos y las indicaciones de BP, lográndose finalmente la victoria. Esta es la historia que dio origen al primer tótem del escultismo, que perteneció a nuestro Jefe Scout Mundial, Lord Baden-Powell.
Baden-Powell había sido designado como Jefe de Estado Mayor y encontró muchos obstáculos para iniciar la guerra contra los matabeles. El mayor obstáculo era que el escenario de las batallas eran los inaccesibles kopjes (montes cerrados) de las montañas Matopo, que estaba plagado de impis (fuerzas de combate) matabeles. Según las declaraciones era un "horrible país, tenebroso, un revoltijo de matorrales, pedregales y montes cerrados". Con la ayuda de Frederick Burnham, logró hacer unos bosquejos del territorio enemigo, señalando los escondites de los matabeles. Sin embargo, Burnham tuvo que partir a otra misión y BP quedó solo en las montañas Matopo.Siguió con sus reconocimientos y como dice William Hillcourt: "En algunos de sus más audaces reconocimientos era inevitable que fuera detectado por los matabeles. Pero de algún modo se las había siempre arreglado para evadir a sus más feroces perseguidores, una de las veces apelando a la agilidad de esas danzas de grandes saltos que había practicado en Malta, cinco años antes.
El enemigo nunca sabía por donde aparecería BP o desde cual dirección. Parecía estar cerca de noche y de día, como si fuera alguna criatura extraordinaria que pudiera cazar siempre sin descanso". De esta forma comenzaron a llamarlo "Impeesa" que significa "Lobo que jamás duerme". Tras sus exitosos revelamientos, la campaña militar comenzó. Se utilizaron los planos y las indicaciones de BP, lográndose finalmente la victoria. Esta es la historia que dio origen al primer tótem del escultismo, que perteneció a nuestro Jefe Scout Mundial, Lord Baden-Powell.
LAS TRIBUS SCOUTS
Las tribus son una de las expresiones más místicas del Movimiento Scout. Sin embargo, hoy en día existen pseudo-scouts que se manifiestan contrarios a las tribus ya desconocen su historia y sus magníficos efectos psicológicos en los scouts. No podemos olvidar a Impeesa, a nuestro gran cacique Impeesa, fundador de nuestro movimiento y al cual le debemos tanto.
Él fue, es y será el Jefe Scout del Mundo y su luz todavía nos guía. ¡Penoso será el día que la majestuosa luz de BP no llegue a nosotros suplantado por rebuscadas teorías intelectuales! El arte de los bosques es nuestro arte y las tribus son una excelente herramienta para perfeccionar ese arte. La finalidad de este trabajo es simple: comprender qué es un tótem, sus modalidades, su historia dentro del escultismo y finalmente cómo se puede llevar adelante una tribu.
DEFINICIÓN DE TÓTEM: El vocablo tótem deriva del ojibeway (chippeway) y, al parecer, fue introducido por J. Long, intérprete indio del siglo XVIII, quien lo escribía "otam". No obstante, la ortografía de este vocablo es algo incierta; de ahí que se ha escrito de varias maneras. El indianista ojibeway Peter Jones le asigna una expresión que equivale fonéticamente a "toodaim"; Warren a "dodaim" y Assikinak a "ododam". Finalmente Keating, James y Schoolcraft lo llamaron "tótem". El tótem protege al hombre, y éste le prueba su veneración de diversas maneras. Existen varios tipos de tótems:
1) Tótem de tribu (clan-tótem) que es común a toda la tribu y pasa de generación en generación.
2) Tótem sexual, que es común a todos los hombres o a todas las mujeres de una tribu. Pertenece exclusivamente a un sexo.
3) Tótem individual, que es propiedad de un solo individuo y a cuyos herederos no puede transmitirse. Este es el tipo de tótem que usamos en las tribus de un grupo Scout.
Él fue, es y será el Jefe Scout del Mundo y su luz todavía nos guía. ¡Penoso será el día que la majestuosa luz de BP no llegue a nosotros suplantado por rebuscadas teorías intelectuales! El arte de los bosques es nuestro arte y las tribus son una excelente herramienta para perfeccionar ese arte. La finalidad de este trabajo es simple: comprender qué es un tótem, sus modalidades, su historia dentro del escultismo y finalmente cómo se puede llevar adelante una tribu.
DEFINICIÓN DE TÓTEM: El vocablo tótem deriva del ojibeway (chippeway) y, al parecer, fue introducido por J. Long, intérprete indio del siglo XVIII, quien lo escribía "otam". No obstante, la ortografía de este vocablo es algo incierta; de ahí que se ha escrito de varias maneras. El indianista ojibeway Peter Jones le asigna una expresión que equivale fonéticamente a "toodaim"; Warren a "dodaim" y Assikinak a "ododam". Finalmente Keating, James y Schoolcraft lo llamaron "tótem". El tótem protege al hombre, y éste le prueba su veneración de diversas maneras. Existen varios tipos de tótems:
1) Tótem de tribu (clan-tótem) que es común a toda la tribu y pasa de generación en generación.
2) Tótem sexual, que es común a todos los hombres o a todas las mujeres de una tribu. Pertenece exclusivamente a un sexo.
3) Tótem individual, que es propiedad de un solo individuo y a cuyos herederos no puede transmitirse. Este es el tipo de tótem que usamos en las tribus de un grupo Scout.
martes, 27 de abril de 2010
Mensaje del Gran Jefe Seattle
Mensaje del Gran Jefe Seattle, de la tribu Dewamish,
al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Franklin Pierce.
El Gran Jefe Blanco de Washington nos envió un mensaje diciendo que quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe nos envió también palabras de amistad y de buena voluntad. Esto es muy amable por su parte, pues sabemos que él no necesita nuestra amistad. Sin embargo nosotros meditaremos su oferta, pues sabemos que si no vendemos vendrán seguramente hombres blancos armados y nos quitarán nuestras tierras.
Pero, ¿cómo es posible comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Nosotros no comprendemos esta idea. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua, ¿cómo podréis comprarlos?
Nosotros tomaremos una decisión. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que diga el jefe Seattle, con tanta seguridad como en el transcurrir de las estaciones del año. Mis palabras son como las estrellas, que nunca tienen ocaso.
Cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante aguja de pino, cada grano de arena de las playas, cada gota de rocío de los sombríos bosques, cada calvero, el zumbido de cada insecto... son sagrados en memoria y experiencia de mi pueblo. La savia que asciende por los árboles lleva consigo el recuerdo de los pieles rojas.
Los muertos de los hombres blancos olvidan la tierra donde nacieron cuando parten para vagar entre las estrellas. En cambio, nuestros muertos no olvidan jamás esta tierra maravillosa, pues ella es nuestra madre. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas, el venado, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos... Las cumbres rocosas, los prados húmedos, el calor del cuerpo de los potros y de los hombres, todos somos de la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos comunica que piensa comprar nuestras tierras exige mucho de nosotros. Dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir agradablemente y que él será nuestro padre y nosotros nos convertiremos en sus hijos.
Pero, ¿es eso posible? Dios ama a vuestro pueblo y ha abandonado a sus hijos rojos. El envía máquinas para ayudar al hombre blanco en su trabajo y construye para él grandes poblados. Hace más fuerte a vuestro pueblo de día en día. Pronto inundaréis el país como ríos que se despeñan por precipicios tras una tormenta inesperada. Mi pueblo es como una época en regresión pero sin retorno. Somos razas distintas. Nuestros niños no juegan juntos y nuestros ancianos cuentas historias diferentes. Dios os es favorable y nosotros, en cambio, somos huérfanos.
Nosotros gozamos de alegría al sentir estos bosques. El agua cristalina que discurre por los ríos y los arroyos no es solamente agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestras tierras debéis saber que son sagradas y enseñad a vuestros hijos que son sagradas y que cada reflejo fugaz del agua clara de las lagunas narra vivencias y sucesos de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz de mis antepasados.
Los ríos son nuestros hermanos que sacian nuestra sed. Ellos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras debéis recordar esto y enseñad a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y que, por tanto, hay que tratarlos con dulzura, como se trata a un hermano.
El piel roja retrocedió siempre ante el hombre blanco invasor, como la niebla temprana se repliega en las montañas ante el sol de la mañana. Pero las cenizas de nuestros padres son sagradas, sus tumbas son suelo sagrado, y por ello estas colinas, estos árboles, esta parte del mundo es sagrada para nosotros. Sabemos que el hombre blanco no nos comprende. El no sabe distinguir una parte del país de otra, ya que es un extraño que llega en la noche y despoja a la tierra de lo que desea. La tierra no es su hermana sino su enemiga y cuando la ha dominado sigue avanzando. Deja atrás las tumbas de sus padres sin preocuparse. Olvida tanto las tumbas de sus padres como los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el aire, como cosas para comprar y devastar, para venderlas como si fueran ovejas o cuentas de colores. Su voracidad acabará por devorar la tierra, no dejando atrás más que un desierto.
Yo no sé, pero nuestra forma de ser es diferente a la vuestra. La sola visión de vuestras ciudades tortura los ojos del piel roja. Quizá sea porque somos unos salvajes y no comprendemos. No hay silencio en las ciudades de los blancos. No hay ningún lugar donde escuchar cómo se abren las hojas de los arboles en primavera o el zumbido de los insectos. Quizá sea sólo porque soy un salvaje y no entiendo, pero el ruido de las ciudades únicamente ofende a nuestros oídos. ¿De qué sirve la vida si no podemos escuchar el grito solitario del chotacabras, ni las querellas nocturnas de las ranas al borde de la charca? Soy un piel roja y nada entiendo, pero nosotros amamos el rumor suave del viento, que acaricia la superficie del arroyo, y el olor de la brisa, purificada por la lluvia del medio día o densa por el aroma de los pinos.
El aire es precioso para el piel roja, pues todos los seres comparten el mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre..., todos respiramos el mismo aire. El hombre parece no notar el aire que respira. Como un moribundo que agoniza desde hace muchos días, es insensible a la pestilencia.
Pero si nosotros o vendemos nuestras tierras no debéis olvidar que el aire es precioso, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que mantiene. El aire dio a nuestros padres su primer aliento y recibió su última expiación. Y el aire también debe dar a nuestros hijos el espíritu de la vida. Y si nosotros os vendemos nuestras tierras, debéis apreciarlas como algo excepcional y sagrado, como el lugar donde también el hombre blanco sienta que el viento tiene el dulce aroma de las flores de las praderas.
Meditaremos la idea de vender nuestras tierras, y si decidimos aceptar, será sólo con una condición: el hombre blanco deberá tratar a los animales del país como a sus hermanos. Yo soy un salvaje y no lo entiendo de otra forma. Yo he visto miles de bisontes pudriéndose, abandonados por el hombre blanco tras matarlos a tiros desde un tren que pasaba. Yo soy un salvaje y no puedo comprender que una máquina humeante sea más importante que los bisontes, a los que nosotros cazamos tan sólo para seguir viviendo.
¿Qué sería del hombre sin los animales? Si los animales desaparecieran el hombre también moriría de gran soledad espiritual. Porque lo que le suceda a los animales, también pronto le ocurrirá al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra.
Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a nuestros hijos: la tierra es nuestra madre. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen a la tierra, se escupen a sí mismos. Porque nosotros sabemos esto: la tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra. Todo está relacionado como la sangre que une a una familia. El hombre no creó el tejido de la vida, sino que simplemente es una fibra de él. Lo que hagáis a ese tejido, os lo hacéis a vosotros mismos.
El día y la noche no pueden convivir. Nuestros muertos viven en los dulces ríos de la tierra, regresan con el paso silencioso de la primavera y su espíritu perdura en el viento que riza la superficie del lago.
Meditaremos la idea del hombre blanco de comprar nuestras tierras. Pero, ¿puede acaso un hombre ser dueño de su madre? Mi pueblo pregunta: ¿qué quiere el hombre blanco? ¿Se puede comprar el aire o el calor de la tierra, o la agilidad del venado? ¿Cómo podemos nosotros venderos esas cosas, y vosotros cómo podríais comprarlas? ¿Podéis acaso hacer con la tierra lo que os plazca, simplemente porque un piel roja firme un pedazo de papel y se lo entregue a un hombre blanco? Si nosotros no poseemos la frescura del aire, ni el reflejo del agua, ¿cómo podréis comprarlos? ¿Acaso podréis volver a comprar los bisontes, cuando hayáis matado hasta el último?
Cuando todos los bisontes hayan sido sacrificados, los caballos salvajes domados, los misteriosos rincones del bosque profanados por el aliento agobiante de muchos hombres y se atiborren de cables parlantes la espléndida visión de las colinas... ¿dónde estará el bosque? Habrá sido destruido. ¿Dónde estará el águila? Habrá desaparecido. Y esto significará el fin de la vida y el comienzo de la lucha por la supervivencia.
Pero vosotros caminaréis hacia el desastre brillando gloriosamente, iluminados con la fuerza del dios que os trajo a este país y os destinó para dominar esta tierra y al piel roja. Dios os dio poder sobre los animales, los bosques y los pieles rojas por algún motivo especial. Ese motivo es para nosotros un enigma. Quizás lo comprendiéramos si supiésemos con qué sueña el hombre blanco, qué esperanza trasmite a sus hijos en las largas noches de invierno y qué ilusiones bullen en su imaginación que les haga anhelar el mañana.
Pero nosotros somos salvajes y los sueños del hombre blanco nos permanecen ocultos. Y por ello seguiremos distintos caminos, porque por encima de todo valoramos el derecho de cada hombre a vivir como quiera, por muy diferente que sea de sus hermanos.
No es mucho realmente lo que nos une. El día y la noche no pueden convivir y nosotros meditaremos vuestra oferta de comprar nuestro país y enviarnos a una reserva. Allí viviremos aparte y en paz. No tiene importancia dónde pasemos el resto de nuestros días. Nuestros hijos vieron a sus padres denigrados y vencidos. Nuestros guerreros han sido humillados y tras la derrota pasan sus días hastiados, envenenando sus cuerpos con comidas dulces y fuertes bebidas. Carecen de importancia dónde pasemos el resto de nuestros días. Ya no serán muchos, Pocas horas más quizás un par de inviernos, y ningún hijo de las grandes tribus que antaño vivían en este país y que ahora vagan en pequeños grupos por los bosques, sobrevivirán para lamentarse ante la tumba de un pueblo, que era tan fuerte y tan lleno de esperanzas como el nuestro.
Pero cuando el último piel roja haya desaparecido de esta tierra y sus recuerdos sólo sean como la sombra de una nube sobre la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis antepasados en estas riberas y en estos bosques. Porque ellos amaban esta tierra como el recién nacido ama el latir del corazón de su madre.
Pero ¿por qué he de lamentarme por el ocaso de mi pueblo? Los pueblos están formados por hombres, no por otra cosa. Y los hombres nacen y mueren como las olas del mar. Incluso el hombre blanco, cuyo dios camina y habla con él de amigo a amigo, no puede eludir ese destino común. Quizás seamos realmente hermanos. Una cosa si sabemos, que quizás el hombre blanco descubra algún día que nuestro Dios y el vuestro, son el mismo Dios. Vosotros quizás pensáis que le poseéis, al igual que pretendéis poseer nuestro país, pero eso no podéis lograrlo. Él es el Dios de todos lo hombres, tanto de los pieles rojas como de los blancos. Esta tierra le es preciosa, y dañar la tierra significa despreciar a su Creador
También los blancos desapareceréis, quizás antes que las demás razas. Continuad ensuciando vuestro lecho y una noche moriréis asfixiados por vuestros propios excrementos.
Nosotros meditaremos vuestra oferta de comprar nuestra tierra, pues sabemos que si no aceptamos vendrá seguramente el hombre blanco con armas y nos expulsará. Porque el hombre blanco, que detenta momentáneamente el poder, cree que ya es Dios, a quien pertenece el mundo.
Si os cedemos nuestra tierra amadla tanto como nosotros la amábamos, cuidadla tanto como nosotros la cuidamos, y conservad el recuerdo de tal como es cuando vosotros la toméis.
Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservarla para vuestros hijos y amadla como Dios nos ama a todos.
Pues aunque somos salvajes sabemos una cosa: nuestro Dios es vuestro Dios. Esta tierra es sagrada. Incluso el hombre blanco no puede eludir el destino común. Quizás incluso seamos hermanos. ¡Quién sabe!
Gran Jefe Seattle
al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Franklin Pierce.
El Gran Jefe Blanco de Washington nos envió un mensaje diciendo que quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe nos envió también palabras de amistad y de buena voluntad. Esto es muy amable por su parte, pues sabemos que él no necesita nuestra amistad. Sin embargo nosotros meditaremos su oferta, pues sabemos que si no vendemos vendrán seguramente hombres blancos armados y nos quitarán nuestras tierras.
Pero, ¿cómo es posible comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Nosotros no comprendemos esta idea. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua, ¿cómo podréis comprarlos?
Nosotros tomaremos una decisión. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que diga el jefe Seattle, con tanta seguridad como en el transcurrir de las estaciones del año. Mis palabras son como las estrellas, que nunca tienen ocaso.
Cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante aguja de pino, cada grano de arena de las playas, cada gota de rocío de los sombríos bosques, cada calvero, el zumbido de cada insecto... son sagrados en memoria y experiencia de mi pueblo. La savia que asciende por los árboles lleva consigo el recuerdo de los pieles rojas.
Los muertos de los hombres blancos olvidan la tierra donde nacieron cuando parten para vagar entre las estrellas. En cambio, nuestros muertos no olvidan jamás esta tierra maravillosa, pues ella es nuestra madre. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas, el venado, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos... Las cumbres rocosas, los prados húmedos, el calor del cuerpo de los potros y de los hombres, todos somos de la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos comunica que piensa comprar nuestras tierras exige mucho de nosotros. Dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir agradablemente y que él será nuestro padre y nosotros nos convertiremos en sus hijos.
Pero, ¿es eso posible? Dios ama a vuestro pueblo y ha abandonado a sus hijos rojos. El envía máquinas para ayudar al hombre blanco en su trabajo y construye para él grandes poblados. Hace más fuerte a vuestro pueblo de día en día. Pronto inundaréis el país como ríos que se despeñan por precipicios tras una tormenta inesperada. Mi pueblo es como una época en regresión pero sin retorno. Somos razas distintas. Nuestros niños no juegan juntos y nuestros ancianos cuentas historias diferentes. Dios os es favorable y nosotros, en cambio, somos huérfanos.
Nosotros gozamos de alegría al sentir estos bosques. El agua cristalina que discurre por los ríos y los arroyos no es solamente agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestras tierras debéis saber que son sagradas y enseñad a vuestros hijos que son sagradas y que cada reflejo fugaz del agua clara de las lagunas narra vivencias y sucesos de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz de mis antepasados.
Los ríos son nuestros hermanos que sacian nuestra sed. Ellos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras debéis recordar esto y enseñad a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y que, por tanto, hay que tratarlos con dulzura, como se trata a un hermano.
El piel roja retrocedió siempre ante el hombre blanco invasor, como la niebla temprana se repliega en las montañas ante el sol de la mañana. Pero las cenizas de nuestros padres son sagradas, sus tumbas son suelo sagrado, y por ello estas colinas, estos árboles, esta parte del mundo es sagrada para nosotros. Sabemos que el hombre blanco no nos comprende. El no sabe distinguir una parte del país de otra, ya que es un extraño que llega en la noche y despoja a la tierra de lo que desea. La tierra no es su hermana sino su enemiga y cuando la ha dominado sigue avanzando. Deja atrás las tumbas de sus padres sin preocuparse. Olvida tanto las tumbas de sus padres como los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el aire, como cosas para comprar y devastar, para venderlas como si fueran ovejas o cuentas de colores. Su voracidad acabará por devorar la tierra, no dejando atrás más que un desierto.
Yo no sé, pero nuestra forma de ser es diferente a la vuestra. La sola visión de vuestras ciudades tortura los ojos del piel roja. Quizá sea porque somos unos salvajes y no comprendemos. No hay silencio en las ciudades de los blancos. No hay ningún lugar donde escuchar cómo se abren las hojas de los arboles en primavera o el zumbido de los insectos. Quizá sea sólo porque soy un salvaje y no entiendo, pero el ruido de las ciudades únicamente ofende a nuestros oídos. ¿De qué sirve la vida si no podemos escuchar el grito solitario del chotacabras, ni las querellas nocturnas de las ranas al borde de la charca? Soy un piel roja y nada entiendo, pero nosotros amamos el rumor suave del viento, que acaricia la superficie del arroyo, y el olor de la brisa, purificada por la lluvia del medio día o densa por el aroma de los pinos.
El aire es precioso para el piel roja, pues todos los seres comparten el mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre..., todos respiramos el mismo aire. El hombre parece no notar el aire que respira. Como un moribundo que agoniza desde hace muchos días, es insensible a la pestilencia.
Pero si nosotros o vendemos nuestras tierras no debéis olvidar que el aire es precioso, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que mantiene. El aire dio a nuestros padres su primer aliento y recibió su última expiación. Y el aire también debe dar a nuestros hijos el espíritu de la vida. Y si nosotros os vendemos nuestras tierras, debéis apreciarlas como algo excepcional y sagrado, como el lugar donde también el hombre blanco sienta que el viento tiene el dulce aroma de las flores de las praderas.
Meditaremos la idea de vender nuestras tierras, y si decidimos aceptar, será sólo con una condición: el hombre blanco deberá tratar a los animales del país como a sus hermanos. Yo soy un salvaje y no lo entiendo de otra forma. Yo he visto miles de bisontes pudriéndose, abandonados por el hombre blanco tras matarlos a tiros desde un tren que pasaba. Yo soy un salvaje y no puedo comprender que una máquina humeante sea más importante que los bisontes, a los que nosotros cazamos tan sólo para seguir viviendo.
¿Qué sería del hombre sin los animales? Si los animales desaparecieran el hombre también moriría de gran soledad espiritual. Porque lo que le suceda a los animales, también pronto le ocurrirá al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra.
Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a nuestros hijos: la tierra es nuestra madre. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen a la tierra, se escupen a sí mismos. Porque nosotros sabemos esto: la tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra. Todo está relacionado como la sangre que une a una familia. El hombre no creó el tejido de la vida, sino que simplemente es una fibra de él. Lo que hagáis a ese tejido, os lo hacéis a vosotros mismos.
El día y la noche no pueden convivir. Nuestros muertos viven en los dulces ríos de la tierra, regresan con el paso silencioso de la primavera y su espíritu perdura en el viento que riza la superficie del lago.
Meditaremos la idea del hombre blanco de comprar nuestras tierras. Pero, ¿puede acaso un hombre ser dueño de su madre? Mi pueblo pregunta: ¿qué quiere el hombre blanco? ¿Se puede comprar el aire o el calor de la tierra, o la agilidad del venado? ¿Cómo podemos nosotros venderos esas cosas, y vosotros cómo podríais comprarlas? ¿Podéis acaso hacer con la tierra lo que os plazca, simplemente porque un piel roja firme un pedazo de papel y se lo entregue a un hombre blanco? Si nosotros no poseemos la frescura del aire, ni el reflejo del agua, ¿cómo podréis comprarlos? ¿Acaso podréis volver a comprar los bisontes, cuando hayáis matado hasta el último?
Cuando todos los bisontes hayan sido sacrificados, los caballos salvajes domados, los misteriosos rincones del bosque profanados por el aliento agobiante de muchos hombres y se atiborren de cables parlantes la espléndida visión de las colinas... ¿dónde estará el bosque? Habrá sido destruido. ¿Dónde estará el águila? Habrá desaparecido. Y esto significará el fin de la vida y el comienzo de la lucha por la supervivencia.
Pero vosotros caminaréis hacia el desastre brillando gloriosamente, iluminados con la fuerza del dios que os trajo a este país y os destinó para dominar esta tierra y al piel roja. Dios os dio poder sobre los animales, los bosques y los pieles rojas por algún motivo especial. Ese motivo es para nosotros un enigma. Quizás lo comprendiéramos si supiésemos con qué sueña el hombre blanco, qué esperanza trasmite a sus hijos en las largas noches de invierno y qué ilusiones bullen en su imaginación que les haga anhelar el mañana.
Pero nosotros somos salvajes y los sueños del hombre blanco nos permanecen ocultos. Y por ello seguiremos distintos caminos, porque por encima de todo valoramos el derecho de cada hombre a vivir como quiera, por muy diferente que sea de sus hermanos.
No es mucho realmente lo que nos une. El día y la noche no pueden convivir y nosotros meditaremos vuestra oferta de comprar nuestro país y enviarnos a una reserva. Allí viviremos aparte y en paz. No tiene importancia dónde pasemos el resto de nuestros días. Nuestros hijos vieron a sus padres denigrados y vencidos. Nuestros guerreros han sido humillados y tras la derrota pasan sus días hastiados, envenenando sus cuerpos con comidas dulces y fuertes bebidas. Carecen de importancia dónde pasemos el resto de nuestros días. Ya no serán muchos, Pocas horas más quizás un par de inviernos, y ningún hijo de las grandes tribus que antaño vivían en este país y que ahora vagan en pequeños grupos por los bosques, sobrevivirán para lamentarse ante la tumba de un pueblo, que era tan fuerte y tan lleno de esperanzas como el nuestro.
Pero cuando el último piel roja haya desaparecido de esta tierra y sus recuerdos sólo sean como la sombra de una nube sobre la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis antepasados en estas riberas y en estos bosques. Porque ellos amaban esta tierra como el recién nacido ama el latir del corazón de su madre.
Pero ¿por qué he de lamentarme por el ocaso de mi pueblo? Los pueblos están formados por hombres, no por otra cosa. Y los hombres nacen y mueren como las olas del mar. Incluso el hombre blanco, cuyo dios camina y habla con él de amigo a amigo, no puede eludir ese destino común. Quizás seamos realmente hermanos. Una cosa si sabemos, que quizás el hombre blanco descubra algún día que nuestro Dios y el vuestro, son el mismo Dios. Vosotros quizás pensáis que le poseéis, al igual que pretendéis poseer nuestro país, pero eso no podéis lograrlo. Él es el Dios de todos lo hombres, tanto de los pieles rojas como de los blancos. Esta tierra le es preciosa, y dañar la tierra significa despreciar a su Creador
También los blancos desapareceréis, quizás antes que las demás razas. Continuad ensuciando vuestro lecho y una noche moriréis asfixiados por vuestros propios excrementos.
Nosotros meditaremos vuestra oferta de comprar nuestra tierra, pues sabemos que si no aceptamos vendrá seguramente el hombre blanco con armas y nos expulsará. Porque el hombre blanco, que detenta momentáneamente el poder, cree que ya es Dios, a quien pertenece el mundo.
Si os cedemos nuestra tierra amadla tanto como nosotros la amábamos, cuidadla tanto como nosotros la cuidamos, y conservad el recuerdo de tal como es cuando vosotros la toméis.
Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservarla para vuestros hijos y amadla como Dios nos ama a todos.
Pues aunque somos salvajes sabemos una cosa: nuestro Dios es vuestro Dios. Esta tierra es sagrada. Incluso el hombre blanco no puede eludir el destino común. Quizás incluso seamos hermanos. ¡Quién sabe!
Gran Jefe Seattle
El Ultimo Guerrero
Inmóvil se sienta a horcajadas en su harapiento caballo, solo las frías bocanadas quiebran el silencio de un negro invierno de antiguos arboles desnudos.
El caballo jadeante y cojo, permanece con su cabeza baja y las orejas aplanadas por el sonido de una jauría lejana, con el hombre en su espalda y todas sus armas ya perdidas.
Ignorando el sangrado de salvajes heridas que se mezclan con su pintura de guerra. Los ojos del bravo guerrero arden con ferocidad mientras se esfuerza por encontrar el signo que busca...
Detrás el sonido del enemigo se cierne sobre él cada vez más cerca. Al fin, la fe se ve recompensada, él ve en la lejanía, en el profundo valle, llegando a la orilla del torrentoso rio, una gran osa con dos traviesos cachorros:Para enseñarles a atrapar al escurridizo salmón, conduciéndolos hacia sus antiguos desovaderos.
Calladamente, el herido guerrero ofrece su oración final al eterno Clan del Oso. Tótem y Guardián de su tribu asesinada en batalla.
El enemigo, exultante, casi se cierne sobre él, aun así el no vuelve su mirada atrás: el solo ve al gran espíritu, rodeándolo tiernamente en un cariñoso y firme abrazo.
Mientras el enemigo se acerca, el se incorpora; su voz suena fuerte y clara, resonando por toda la tierra hasta el distante y despejado cielo.
Un último y desafiante grito de guerra, mientras espolonea su caballo y salta… …al mundo de sus antepasados.
El amanecer de una nueva era....
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